La belleza, originalidad y muy sana intención de intercambio cultural de la ceremonia inaugural pujaban por borrar el escándalo, por restar motivación a la polémica que envuelve a los Mundiales de fútbol recién comenzados. La baldÃa y estéril polémica siempre sobrará si no está justificada, si no irrumpe por una causa mayor y poderosa, sin embargo en medio de esta controversia de alcance planetario se sitúan los derechos más primarios. La polémica gratuita serÃa una gran falta de respeto al enorme esfuerzo invertido, sin embargo antes que al juego nos debemos al derecho a la vida. Antes de que ruede el balón, respeto a los más elementales derechos humanos. Contemplando la ceremonia de inauguración de los Mundiales de Qatar no podemos sino recordar a Jamal Kashogui el valiente periodista asesinado por un prÃncipe heredero cómodamente aposentado en un confortable sofá junto al presidente de la FIFA. Sólo defendÃa la verdad y preconizaba libertades y democracia para su paÃs. Veremos fútbol, estrenaremos tele nueva, convocaremos al sofá compartido, cuando se “limpie†y despeje el terreno. Compraremos entrada cuando el negocio millonario no mediatice tanto. El furor por el fútbol no puede generar amnesia. Europa hace ya muchas décadas que cumple con los mÃnimos en cuanto a derechos humanos y está en condiciones de pedir que los demás cumplan esos mÃnimos. El presidente de la FIFA tendrÃa que ser más hábil con su punterÃa antes de disparar desde tan poderosos micrófonos. Por lo demás, nos inquieta ese tan cálido como adormecedor siroco que nos está llegando. Nos turba ese “acabose†cuando la arena escuece aún tantos ojos, cuando tantas miradas no pueden atender a las porterÃas, cuando sólo pueden dirigirse hacia arriba temiendo el misil que está llegando. Los desiertos fueron creados para entregar revelación, para empezar de nuevo, para el éxtasis mÃstico, las caravanas de ensueño…, no para el extravÃo. Eran para iluminarnos, no para adormecernos en esta hora relevante. Nos preocupa ese balón incansablemente mareado en medio de la arena infinita. Nos afecta esa amnesia que nos está alcanzando, esa ficción mundial, ese “maya†aún más profundo por nombre Qatar. Nos alarma ese “pan y fútbolâ€, ese “birra y pantalla†capaz de clavarnos en un sofá de por dÃas, capaz de llevarse por delante las inquietudes humanas en un momento tan trascendente. Mundiales por la paz y la vida, goles al olvido, al descuido de que tenÃamos que construir sociedades más avanzadas, a la ignorancia de que la mujer ha de tener plenos derechos, de que los trabajadores extranjeros no debÃan morir en el intento de levantar esas catedrales del balón, de que los homosexuales no habÃan de ser perseguidos… Goles a la falta de recuerdo, porque estábamos llamados a vivir con mutuo y escrupuloso respeto ya en las verdes praderas del norte, ya en los inmensos desiertos donde se levantan las porterÃas y las gigantescas “jaimas†deportivas. Artaza 21 de Noviembre de 2022 |
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